lunes, 27 de julio de 2015

XIV Baixada del Renaixement

Último finde de julio, Triatlon popular de Malgrat de Mar, y yo en Tortosa... ¿Por qué? Pues porqué este año no he conseguido acomular kms de bici y pie suficientes; bien por falta de ganas o por falta de planificación o tiempo, pero esa es la realidad. Presentarse en una linea de salida sin haber entrenado nada es 100% caos, y ese no es mi estilo...

Por eso mismo me dejé caer por Tortosa, pues he sido medianamente fiel a los entrenos en piscina y me apunté a una travesía que le tengo el ojo echado unos cuantos años atrás, la Baixada del Renaixement.

Una travesía peculiar, diferente al resto. Empezando por el horario la salida se da a las 5 de la tarde; la totalidad de metros 12.522 que nadados a favor de la corriente parecen muchos menos; se nada en el río más caudaloso de España; al llegar a Tortosa coincide con las fiestas y todo está ambientado en la época medieval... Le tenia muchas ganas y de este año no pasaba :)


Al llegar por la mañana dimos una vuelta por Xerta (lugar de la salida) y buscamos un sitio para comer. La carga de hidratos de carbono previa fué en base de ensalada de endivias con cigalas, havitas con morzilla, mejillones al vapor y fideuá con calamares. La hidratación también era importante, por eso mismo no faltó una botella de vino tinto de la zona. Para venir descansado, siestaza de 1 hora. Alguien duda de mi profesionalidad? Los deportistas como yo han de cuidar estos detalles, pues puede suponer la diferencia entre ganar una carrera DISFRUTAR el fin de semana o no hacerlo ;)

Tras el ritual de recoger el dorsal y untarme bien de crema solar y vaselina, la organización dio un brífing explicativo muy básico (saltar al agua y llegar hasta Tortosa). Entre los presentes se rumoreaba que este año el agua no venia con mucha agua y tocaría remar más. La verdad que eso me preocupaba más bien poco, con la carga de carbohidratos que había hecho tenia energía para llegar al mediterráneo y volver jajaja.




Justo antes de saltar al agua me encontré con unos veteranos de esta prueba Jaime y María, pero les perdí el rastro al saltar al río.

Cómo ya conozco cómo son las salidas competitivas y no tengo ganas de perdonar a nadie por golpes inevitables, me situé en la mejor posición de todas, atrás del todo. Literalmente fui el último en tomar la salida. Me limité a observar el inicio de la travesía en una posición privilegiada. 30 segundos después del silbido de inicio, arranqué a nadar sin ningún tipo de prisa.



Primeras brazadas y paradas puntuales para ajustar las gafas. Una vez todo está en su sitio empecé a buscar ese ritmillo que te permite nadar horas y horas sin parar. Voy situándome en el centro del río y cuál es mi sorpresa que empiezo a adelantar a toda velocidad a los que nadan por mi derecha. Los efectos de la corriente se empezaban a notar.

Del mismo modo que adelantaba, también veía cómo otros me pasaban sin apenas esfuerzo. Llego a la conclusión que conocerse el río es la clave de esta travesía. De modo que decido guiarme por el instinto, por las sensaciones que te transmite el flujo de agua en tu piel. Seguir al de delante te puede ayudar, pero también perjudicar.

Casi hipnotizado por los movimientos serpenteantes de las algas y sus viscosas caricias, empecé a dejar volar la imaginación. Me había convertido en un pez que va río abajo. Buscaba la corriente para cansarme lo menos posible, pero con fuertes impulsos con las aletas y cola.

Por momentos la corriente descendía con los cambios del terreno, perdías de vista el fondo y con el la sensación de velocidad. A medida que el río ensanchaba de nuevo y el suelo era posible alcanzarlo con las manos, más velocidad se tomaba. La sensación era parecida a nadar impulsado por la cresta de una ola. Era un no parar.

Aun así no soy consciente de la fuerza del río hasta que veo una boya roja a 25 metros, y al dar la siguiente respiración la tengo encima. Si este año el río tenia poca corriente, ¿cómo seria en otros años que había más corriente? Interesante reflexión... se tendrá que repetir :)

A pesar de nadar en agua dulce, empiezo a tener sed. Al poco veo que un nadador para una barca para beber agua y me acoplo a él. -¿Cómo vamos? -1h20' y 8500m. Empecé a hacer cálculos y especulaciones que se quedaron en nada porque continué nadando a mi ritmo.

Tras 20 mins, me acoplo a un grupo de 3 nadadores que me preceden, de repente uno dice que falta muy poco... - 1 curva más y llegaremos a Tortosa! Momento a partir del cuál empezamos a nadar fuerte, con ganas, apurando las que pensábamos serian las últimas brazadas, pero Tortosa era tímida y tuvieron que pasar 20 minutos más hasta dejarse ver.

Fundido y mucho. Estos errores de cálculo son jodidos, pero es lo que hay. A partir de este momento me limité a disfrutar de la entrada del río en Tortosa. Pasar bajo los puentes y empezar a visualizar el hecho de haber cumplido un sueño, bajar nadando un trozo del Ebro.


2h22' de travesia, disfrutando como un niño chico y quedando en la 82 posición general. Para haber venido a pasar el finde, No puedo estar más contento.

Tras la travesía tocó recuperarse y disfrutar de las fiestas del renaixement, donde Tortosa retrocede unos cuantos siglos atrás hasta la época medieval. Mercado, actuaciones y espectáculos. Sencillamente un prólogo de las vacaciones genial.

Al día siguiente visita a Minavet y su castillo, repleto de historia de los caballeros Templarios. riqueza cultural de la zona que no deberia desaparecer.

Y lo mejor de todo? Poder compartirlo contigo!!!!!

Seguimos!!!!

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