domingo, 27 de mayo de 2018

SwimBarcelona des del Kayak

Hoy he decidido que tras un tiempo un tanto ausente y sin publicar nada ya iba siendo hora de contar alguna aventurilla. Le toca el turno a la que es en mi opinión la travesía de aguas abiertas más top de la ciudad de Barcelona, SwimBarcelona de Neda el Mon.

Hace poco y gracias a un amigo y lector habitual ;) veo las cosas que repites cómo un proceso en espiral (que no circular) dónde cada vez aprendes cosas nuevas a cada vuelta que das y el espiral va creciendo. Seis años han pasado ya desde mi primera colaboración como kayakista voluntario en esta travesía. En este periodo ha mejorado mucho mi técnica de natación, conocimientos de navegación, he sumado dos grandes retos y lo más importante, he conocido a grandes personas gracias a ti, el mar.

Soplaba viento de Levante (E) con una fuerza de 12 nudos y rachas de hasta 17, suficiente en esta zona para levantar una ola de más de un metro, de baja frecuencia y amplia longitud. Son unas condiciones que aunque no lo parezcan, permiten nadar siempre que haya un buen dispositivo de seguridad (que nadie se aventure sólo!!!!). 

En el trayecto en zodiac desde el club de vela municipal hasta la playa de Mar Bella fue dando grandes botes, aun así no era mar de fondo lo que había, sino olas grandes que venían siempre en la misma dirección. Esas condiciones desfavorables en esa dirección obligaron a modificar el recorrido para no hacer de la travesía un imposible para el nadador dónde tendría que nadar el 90% del tiempo con un viento y mar en contra.

Kayakistas

La travesía ha discurrido sin incidentes y es que ha mejorado mucho la comunicación en el mar en estos 6 años, hemos pasado de hablar a gritos a usar radio marina la mayoria de kayaks. Y por esa via me dieron instrucciones: 

-Xavi, Xavi, para Fernando me recibes?
-Adelante!
-Hay una nadadora con gorro azul, tiene movilidad reducida en las piernas, la puedes acompañar?

Y así fue mi travesía, surfeando olas y paleando al lado de una gran nadadora que dio tres vueltas al circuito de 1.500 metros a un ritmo más que bueno. Cuando llegaba a la orilla al completar la vuelta la tenían que llevar en volandas para cruzar el espigón y volver a luchar con las olas. Sin duda todo un ejemplo de fuerza y coraje, demostrando que en el mar no hay barreras ni límites, sólo libertad!



Hasta pronto!

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