domingo, 16 de septiembre de 2018

Viaje a Marruecos: Marrakech (día 1)

Hola de nuevo!

Voy a empezar a escribir sobre la aventura en Marruecos desde el principio, (prólogo a parte). La ruta empezaba con una primera y última noche en Marrakech, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos que cuenta con numerosos monumentos patrimonio de la humanidad. Está situada a pie de Atlas y viniendo de paso para llegar a Imlil, la visita era prácticamente obligada si nunca has visitado esa ciudad.

Antes de continuar quiero hacer un pequeño "disclaimer" dejando claro que todo el contenido de este blog es totalmente subjetivo y está basado en mi experiencia, que no es buena ni mala, sencillamente mía, pudiendo darse el caso que sea totalmente distinta a la tuya o lo que te han contado.

Al bajar del avión ya te das cuenta que estás en otro país distinto al tuyo, la edificación, el clima y el carácter de la gente. Lo primero que me sorprendió la tranquilidad de los funcionarios del control de aduana, varias preguntas sobre alojamiento y profesión mientras hojeaba el pasaporte con casi todas las páginas en blanco haciendo ver que... no entendí nada, era ridículo pero te dejan entrar al país.

En cuanto sales del aeropuerto ya nos encontramos con los dos perfiles que claramente identifiqué, el "killer" que huele tu aroma de turista a kilómetros e intenta venderte algo a un precio desorbitado (en ese caso era un traslado en taxi que rechazamos); y por otro lado está el "enrollado" que tiene la voluntad de ayudarte sin esperar nada a cambio, en ese caso era un conductor de autobuses que al vernos a lo lejos abrió las puertas, esperó para ver si podía ayudarnos y llevarnos al centro por un precio popular.

Durante el trayecto descubres el parque móvil formado por mulas, burros, vehículos antiguos y modelos de motos y triciclos que jamás se han comercializado en Europa. Todo eso junto con la forma de conducir anárquica hacia difícil relajarse en cualquier trayecto.

Diversidad del parque móvil

Al llegar a la gran plaza Jemaa el Fna empezó la inmersión cultural, el asalto de todo tipo de personajes con ganas de vender cualquier cosa es una constante, hay que tener paciencia, sonreir y darles las gracias por muy pesados que sean o malas formas que te contesten cuando desisten sin poder venderte nada, no todos son educados y si son así es por culpa del turismo. Pasar desapercibido seria ideal, pero con estas pintas era imposible.

Llegada a la plaza Jemaa el Fna

La única forma de librarse era estar dentro del riad, dimos con un alojamiento por 11€ la noche, aire acondicionado (que en una habitación no funcionaba) pero correcto a nivel de servicio, con un personal amable que nos guardó la maleta hasta el regreso del atlas y respetó habitaciones para la última noche, eso sí, no les pidas más mermelada en el desayuno porque no fueron capaces de entender que siete personas necesitan una ración mayor que la que sirven a una sola persona (anécdota que dio para unas cuantas risas).

Expedicionarios en la terraza del Riad, un lugar fresco y agradable de noche
Dando una vuelta por la medina ves de todo, lo más perturbador era un puestecito de un hombre que tenia la mesa llena de dientes y fabricaba dentaduras, artesanía insalubre. A parte de esto, encantadores de serpientes, monos que te los suben sin permiso para pedirte dinero, bailaores, puestos de comida con precios infladísimos para guiris, infinidad de puestos de zumos de fruta y muchos comercios variopintos en los que el 95% de clientela es el turista (o al menos me dio esa sensación). Y todo esto asaltado continuamente por los ofertadores de servicios (masajes, tabaco, hachís, visitas GRATUITAS a los curtidores, cerveza, ... de todo!!!)


Casi todo es negociable y no hay ninguna barrera lingüística con ellos, únicamente hay que tener un plus de paciencia para comprar cualquier cosa y no precipitarse. En todos los casos que aceptan la venta salen ganando y si te han "timado" mucho algunos tienen remordimiento de conciencia y ese artículo que antes te había costado tanto de sacar a un precio mejor, va y te regala unos cuantos más, como fue en el caso de una compra conjunta que hicimos de perfumes (ámbar, jazmin...).

Otro dato para tener en cuenta des de el perfil excursionista que se va a desplazar a Imlil es que hay muchas empresas de excursiones que se ofrecen llevarte a unos precios muy caros (y se molestan si les dices que no). Lo mejor es hablar con un taxista y negociar directamente con el y si puedes conseguir llenar el taxi con otros excursionistas, mejor aun. El servicio no es como aquí, allí difícilmente verás que hacen trayectos a media carga y esperará a llenar el taxi para moverse. Precio recomendado de 30€ a 40€.

Y como siempre, antes de acabar, un apunte personal y es que no me gustó, no me gustó nada. Mucho calor, zonas de mal olor, mucha gente y muy pesados, un tráfico de motos caótico y una sensación de artificial muy grande en lo que se refiere a la medina, enfocada al guiri por culpa del turismo. Si no lo has visto nunca vale la pena verlo como era mi caso, pero difícilmente me vuelva a dejar caer allí más veces o alargar la estancia en más de una noche en esa ciudad si algún día me da por volver al alto Atlas.


Yallah Yallah!!!!

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